En distintas conferencias que he dado a lo largo de casi 20 años he recibido muy buenos y algunos malos comentarios por el enfoque de mis estudios sobre las esferas de piedra precolombinas y los sitios arqueológicos a los que están asociadas.
Uno que siempre recuerdo me señaló que le estaba quitando la magia a las esferas. Que mi enfoque sobre la “materialidad” de las mismas, que la búsqueda de respuestas a través de lo que podía inferir a través de ellas, de sus huellas de fabricación, de sus huellas de uso, de sus alteraciones, de los procesos de trabajo que manifiestan, de la búsqueda de información social, económica y política a través de ellas y de otros objetos asociados, les quitaba todo el sentido místico, les restaba misterio y las situaba en el mundo de los objetos ordinarios.

Lejos de ofenderme, ese comentario me alegró y me reafirmó en la tarea que me corresponde como investigadora. Por eso en este blog no hay magia. Porque no hago tratos con magos, adivinos, ni especuladores de la ciencia: su mundo es otro; el mío quizá suene árido y carente de emoción para los que buscan «el descubrimiento» y la develación de los secretos ocultos.
Ese no es mi mundo, y no me interesa estar en él. No es soberbia. Es situar cada cosa en el lugar que le corresponde. Y bajo ninguna circunstancia, salvo que sea para clamar por la protección y el cuido apropiado de eso que hoy definimos como patrimonio arqueológico, se podrán juntar ambos mundos.
Lo que pasa es que a mayor protección y cuido, menos magia. A más sentido de patrimonio, menos magia. Porque eso que llamamos patrimonio se construye en gran medida por el conocimiento, y especialmente por el reconocimiento social de lo que eso representa.

Y ese conocimiento no se genera por arte de magia, ni por la especulación; se construye día a día, con esfuerzo, dedicación y trabajo colectivo. El reconocimiento del patrimonio tampoco se da por arte de magia, ni siquiera por una imposición legal.
Es un proceso de toma de conciencia que se construye en la medida en que se constituye en un valor colectivo. Y ahí los relatos de ficción, la pseudo-ciencia y la magia tampoco construyen nada. Al contrario, son una amenaza, ya que la cizaña de la duda sobre el origen de ese patrimonio es la carne que los alimenta.

En el caso de las esferas de piedra los pseudo-científicos y especuladores de la ciencia siembran la duda permanente sobre la capacidad de las antiguas poblaciones indígenas para fabricar las esferas, o insisten en tener una mente abierta que permita «otras interpretaciones» más allá de las interpretaciones que permiten los datos arqueológicos. Esto constituye una amenaza velada sobre el valor patrimonial de estos objetos, y sobre todo lo que está asociado a ellas.
Así que siguiré en el camino descarnado de algo parecido a la ciencia. Buscando ir más allá de unas formas esféricas casi perfectas porque detrás de ellas hubo gente, y a esa es a la que busco.
6 respuestas a “Magia, pseudo-ciencia, esferas de piedra y patrimonio: mundos incompatibles”
Comparto enteramente Ifigenia, tu enfoque material con respecto a las esferas de piedra y rechazo toda especulación alienígena con respecto a su origen.
La arqueología y antropología modernas nos han demostrado que los pueblos amerindios poseyeron el suficiente desarrollo tecnológico y un sublime quehacer científico, para lograr las obras que otros atribuyen a los dioses o a extranjeros de la antigüedad.
Estas ciencias aunadas a la etnografía, arqueoastronomia y otras disciplinas de academia, también nos dice que estos pueblos eran (y aun son) animistas. Y sus monumentos siempre están cargados de simbolismo, magia y religiosidad.
Las esferas de piedra no son una excepción a esto.
Decir que las esferas están llenas de magia, es tan solo una expresión que refleja el sentimiento de respeto que ellas provocan en algunas personas, y yo comparto ese sentir. No todos ven a las esferas con la necesariamente fría objetividad de la ciencia.
Eso no los convierte en enemigos del patrimonio.
Por eso considero que a mayor protección y cuido, más magia. A mayor sentido de patrimonio, más magia.
La materialidad del método científico, nos ha orientado al DONDE están la esferas, nos ha aproximado en la línea del tiempo al CUANDO fueron esculpidas, nos ha ilustrado de las maneras humanamente posibles del CÓMO pudieron ser elaboradas y ha especulado tímidamente sobre el POR QUÉ las hicieron (Símbolos de poder)
Sin embargo Ifigenia, la arqueología Costarricense nos ha quedado debiendo el aspecto más trascendental de las esferas de piedra. Este es: acercarnos, según sus metodologías, a la cultura amerindia que las plasmó y sus motivos.
Rebatir a esoteristas, pseudocientíficos o a especuladores fantasiosos, sobre el “dónde”, “cuándo” y “cómo”, es relativamente fácil, pero aun no hay un claro derrotero intelectual para debatir el “por qué”.
Continuaré dando pelea a los descarados mercaderes de enigmas, pero no dejaré mi búsqueda del simbolismo, magia y religiosidad, que quisieron representar los hacedores de las esferas de piedra.
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Alberto: lo de haber rebatido a la pseudo-ciencia con los argumentos fáciles del DÓNDE, CUÄNDO y el «tímido CÓMO me parece un comentario poco acertado. No sé que es lo que para Usted es fácil. Nada de esto ha sido sacado de una chistera ni ha sido un proceso de corto plazo. El problema con las esferas precolombinas es que se hablaba de sus significados sin antes saber nada acerca de ellas. La tarea de reunir todo un corpus de datos, de documentar los procesos de trabajo, documentar los contextos, inventariarlas y otras cosas ha sido una labor vital. A partir de está información se puede entrar a otros niveles de inferencia. Como Usted bien sabe, más de un 90% de las esferas fueron movidas de sus contextos arqueológicos sin que quedara ningún tipo de documentación. ¿No le parece que sería responsable hacer interpretaciones sin contar con la información básica? Por lo menos yo no me lanzo a especular a partir de datos dispersos. Yo me siento orgullosa de haber hecho el registro de sitios arqueológicos con esferas que ahora son la base para documentar los contextos. A través de las excavaciones y del estudio serio de los datos se podrá ir más allá de lo que sabemos hasta ahora. pero será con datos y no especulando con lo que podría ser o con lo que nos gustaría que fuera.
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Aquí hay un malentendido Ifigenia, no dije que la arqueología tica use argumentos fáciles, dije: “Rebatir a esoteristas, pseudocientíficos o a especuladores fantasiosos, sobre el “dónde”, “cuándo” y “cómo”, es relativamente fácil”
Me refiero precisamente a más de 64 años de investigación arqueológica en torno a las esferas de piedra. (Que no salieron de ninguna chistera)
Por ejemplo es fácil rebatir la idea del proto-cemento o licuefacción de la piedra, como técnica de fabricación de esferas prehispánicas, cuando hemos revisado los datos arqueológicos de materia prima usada en los monumentos esféricos. O la antigüedad de más de doce mil años que le dan algunos especuladores, cuando estudios geológicos establecen una edad más reciente para la formación del mismo Delta del Diquís, y ni hablar de quienes atribuyen su formación a los mismos dioses tecnotrónicos de la galaxia. (¿Fácil no?)
Cuando digo que la arqueología tica nos ha quedado debiendo, es que desde la revelación de las esferas en 1939, muchos investigadores científicos, debidamente acreditados (nacionales e internacionales) han generado documentos suficientes como para iniciar un perfil de la sorprendente cultura amerindia que esculpió las esferas de piedra.
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En el pequeno pueblo de Francia donde estoy viviendo, hay unas esferas de arenisca naturales y es muy gracioso ver como la gente adorna sus casas y jardines con ellas. Dicen que son «corazones de piedra» o que la montana dio a luz a las esferas (hay un sitio donde se ve la formacion dentro de la montana). Pero esos son comportamientos individuales. Tal vez si nos pusieramos todos a meterlas en el centro del pueblo para alijarlas, grabarlas, pintarlas…nos llamarian «indios!»
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Catherine: hay muchos lugares en el mundo donde hay esferas de origen natural. No sabía sobre éstas de Francia. Me encantaría ver unas fotos. Las esferas de Costa Rica fueron hechas con piedras que no eran originalmente redondas. Lo increíble es que picarán, alisaran, pulieran hasta conseguir una forma esférica casi perfecta.
Por cierto, la idea de «apropiación cultural» de las esferas naturales que tienen en el pueblo estaría bien.
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Puede buscar en el web el pueblo de «saint-andré-de-Rosans», y «boules de grès», podra ver galeria de fotos. Piensa excavar mas en el delta del Diquis ? Espero haran muchos mas hallazgos ya que la gente empieza a darse cuenta de la importancia de la arqueologia para el pais.
Catherine
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