Hace unas semanas me enviaron un pequeño documento escrito por dos especialistas del LANAMME (Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica-UCR) con los resultados de un prueba que hicieron para medir y documentar una esfera que está en la Facultad de Ciencias Agroalimentarias de la misma universidad. El estudio lo hicieron usando un scanner láser -un aparato de alta precisión- y obtuvieron un resultado impresionante: la esfera de 195 cm de diámetro es casi perfecta al compararla con una esfera ideal del mismo tamaño.

Salvo pequeños sectores, esta gran esfera -la más grande que hay en San José- es una escultura simétrica, casi, casi perfecta. A simple vista lo parecía, pero ahora con el uso de esta tecnología se ha corroborado.
A ojos de simples mortales, carentes del ojo y de la mano del escultor, o de la inquietud de los amantes de las medidas, quizá parezca una simpleza decir que las esferas precolombinas son casi perfectas. Y es que decir que estas esculturas de forma esférica tienen gran simetría equivale a decir muchas cosas.
Primero que todo equivale a decir que fueron manos expertas, con gran conocimiento y experiencia, las que se encargaron de tallar y de orientar el proceso.

En segundo lugar implica aceptar que el uso de la tecnología utilizada posibilitó conseguir estas formas perfectas. Y es que la tecnología que se usó fue la de la piedra, la de usar otros instrumentos rocosos de gran dureza y de formas variadas -mazas, cinceles, punteros, martillos, entre otros- para esculpir piedras sin forma, o de formas dadas por la naturaleza, hasta conseguir lo deseado: la esfera perfecta y de acabado fino.
No fueron metales – el oro y el cobre eran muy blandos para domar la dureza de la piedra-; fueron otras piedras trabajadas previamente y convertidas en instrumentos las que acompañaron los miles de golpes que fueron necesarios para eliminar lo no deseado y encontrar lo buscado.

En tercer lugar tenemos otra implicación: quienes organizaron la manufactura de las esferas precolombinas usaron sistemas de medidas y de control. No tenemos los instrumentos que usaron, pero el no tenerlos no implica que nos los usaron. La evidencia más directa de esto nos la dan las esferas en si mismas, especialmente las de tamaño monumental.

Algo impresionante, y que pasa a veces desapercibido por la terrible destrucción de los contextos arqueológicos donde estaban las esferas, es que no sólo hicieron grandes esferas casi perfectas, sino que también hicieron esferas gemelas casi perfectas. Es el caso de las dos esferas de 190 cm de diámetro que están en Finca 6 o las dos de 210 cm de diámetro que están en el Colegio de Palmar Norte.

Un cuarta implicación es la que tiene que ver con los pensamientos de quienes las hicieron y de quienes las usaron y cuidaron. No se buscaban piedras redondas; buscaban, querían, invertían grandes esfuerzos en conseguir esculturas esféricas de gran calidad. Y es que si lo pensamos bien y nos situamos en la mente de la gente de las esferas debemos aceptar que había un gran sentido estético, una idea, un concepto, una forma, un algo buscado y conseguido.
Mas allá de los significados y sentidos de las esferas precolombinas lo que podemos decir es que esa gente trabajó duró y logró alcanzar cientos de veces su objetivo. Hacer esferas perfectas, o casi perfectas y sacar de la piedra deforme la idea, la forma deseada, requirió un gran esfuerzo colectivo. Fue un proceso de transformación, de vencer la naturaleza y de vencerse a ellos mismos.

No solo era conseguir la forma perfecta; era conseguir que la forma llegara a los lugares elegidos para ser usadas por la comunidad. Mover esos cuerpos de varias toneladas, sacarlos de las quebradas o bajarlos de las montañas, llevarlos a lo largo de kilómetros en zonas boscosas, lodosas, luchar contra la lluvia o el sol abrasador… todo eso fue trabajo, coordinación, habilidad, experiencia, esfuerzo, comunidad, deseo y lucha.
La forma perfecta, la esfera de piedra perfecta, solo es un indicador de todo un complejo entramado social. Sin gente, sin artistas, sin escultores expertos, sin decisión colectiva no habrían esferas. Ellas en si mismas no son nada. Son lo que son por quienes las hicieron y por las circunstancias en que se hicieron. Sin esto sólo son piedras redondas y eso no es importante para la historia.
5 respuestas a “Un largo camino de transformación: de la piedra amorfa a la esfera perfecta”
Pero que bonito…!!!
Qué esférico análisis.
Enhorabuena.!
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Cuánta sensatez. Sin embargo tengo una duda. Una vez me dijeron que en la zona se habían encontrado algunos medios arcos que, por rotación, pudieron utilizarse para ir perfeccionando la superficie. ¿Es eso cierto? Muy buen blog.
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Estimado Soren: muchas gracias por leer mi blog y dedicarle tiempo y escribirme tan amables palabras. Con respecto a su duda debo decirle que hasta la fecha no se ha encontrado ninguna evidencia sobre el uso de instrumentos de medida o guías para la talla de las esferas. Tenemos un único sitio arqueológico-Cansot- que podría ser un taller de fabricación de esferas, pero no ha sido estudiado en profundidad. En vista de la forma tan simétrica y casi perfecta de muchas esferas es de esperar que hayan utilizado todo un conjunto de herramientas y de guías para obtener las formas y acabados deseados. Es una tarea pendiente hacer los estudios que nos permitan documentar científicamente los procesos de trabajo implicados en la manufactura de las esferas. Saludos y gracias de nuevo.
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A vos las gracias. Es un tema muy interesante, me encanta leer sobre los orígenes de las obras humanas, especialmente las extraordinarias. Sigo pensando en las herramientas, esa explicación me parecía muy razonable pero tenés razón, una herramienta no basta para tal perfeccionamiento. Saludos y espero saber más de ese sitio : )
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