Las distintas vidas de una escultura del Diquís

Parte superior de una escultura reutilizada y convertida en «busto». Sitio Batambal, Osa. Colección Museo Nacional de Costa Rica Foto: Rodrigo Rubí.

Los objetos arqueológicos acumulan distintas historias sobre su vida. Y es que los objetos, sean del tipo que sean, tienen  su vida, su propia historia. Una historia que empieza desde que fueron pensados, que se concreta con su fabricación y se reafirma con su uso. Dice el arqueólogo Vicente Lull en su libro «Los objetos distinguidos» que “allí donde no media lenguaje, el objeto resultante es el todo, el vínculo capaz de grabar la experiencia y transmitirla por sí mismo”….

Rodrigo Rubí J.  Fragmento de escultura antropomorfa P-299-BT-F. E-112 / Procedencia: Cd 82N 28W/44 cmb/d. Batambal, Palmar Norte, Puntarenas. Costa Rica. ft Rodrigo Rubí J. dic2012.
Vista de la parte dorsal de la escultura. Sitio Batambal, Osa. Colección Museo Nacional de Costa Rica. Foto Rodrigo Rubí.

El objeto de la foto es un caso singular que muestra partes de sus distintas biografías. En primer lugar es una escultura fabricada en roca arenisca de grano fino, igual que la mayoría de esculturas antropomorfas del Diquís. Fue hecha en piedra de la región. Su origen está en la materia prima local.

Aunque tiene una superficie muy desgastada todavía quedan la huellas de los punteros y de otros instrumentos usados para darle forma y acabado. Estas huellas serían según Vicente «su prehistoria«. Lo que la hizo objeto.

Sabemos que fue «hecha«, que hubo manos, herramientas, conocimiento y experiencia que  la hicieron de ésta y no de otra manera. No es única. Hubo otras parecidas a ella, o distintas a ella pero siempre compartiendo su carácter escultórico.

En segundo lugar, en su forma están plasmados una serie de atributos estilísticos muy concretos y característicos del Delta del Diquís. Su procedencia determina estos atributos; es lo que es porque la hicieron ahí, en un momento determinado, bajo ciertos parámetros estéticos y con un fin determinado. Ahí radica su identidad.

En tercer lugar, esta escultura se convirtió en algo que no fue en su origen.

Tuvo una vida anterior seguramente como estatua de cuerpo entero, y por razones que no conocemos terminó convertida en busto. Se rompió, o la rompieron en tiempos precolombinos, y fue reconvertida  en un nuevo objeto.

Posiblemente cuando estuvo completa se mantuvo erguida en algún lugar junto con otras estatuas y posiblemente con esferas de piedra y esculturas de animales. Cuando fue reconvertida en busto quizá estuvo expuesta a la vista, o la guardaron y la mostraban de vez en cuando. Esa parte de su historia no la conocemos.

Su penúltima vida fue como parte de un grupo de mas de 170 fragmentos de esculturas y esferas de piedra pequeñas colocadas dentro de una estructura en el sitio Batambal. Ahí fue encontrada por un equipo de investigación del Museo Nacional de Costa Rica en diciembre del 2011.

Su última vida, la mas reciente, es como objeto de museo. Ahora vive en una caja de cartón dentro de una bodega. Ya ha sido estudiada, tiene número de identificación y forma parte de una colección arqueológica. Salvo que sea usada en alguna exposición, ya no verá la luz en mucho tiempo.

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La escultura muestra la zona de fractura de lo que fueron sus hombros y el cuerpo perdido. Sitio Batambal, Osa. Colección Museo Nacional de Costa Rica. Foto: Marco Arce.

Vicente Lull también dice en su libro que «un objeto tiene el significado con el que fue producido y adquiere el sentido que su uso le confiere«. Por lo que dice esta escultura en sí misma, y por el contexto donde fue excavada, se puede inferir que debió tener distintos sentidos según el momento, el dónde y el cómo fue usada. Y también debió haber tenido un sentido diferente cuando estuvo completa y luego cuando tomó una nueva forma.

Ahora tiene un nuevo sentido como objeto patrimonial, como parte de una legado histórico. Es un nuevo rol. No fue pensada ni creada para este fin. Ese sentido, ese uso, se lo estamos adjudicando nosotros en este tiempo presente.

La vida de los objetos es lo que es por compartir la vida con gente que los hace, los usa, los rompe, los recoge, los reinventa y los junta con otros. Su vida es social; es compartida; cambian ellos y cambia la gente; o cambia la gente y cambian ellos; o todo al mismo tiempo. Ese es el debate.

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Para los interesados en el mundo de los objetos y la materialidad social:

Lull, Vicente. 2007.  Los Objetos distinguidos: la arqueología como excusa. Barcelona, Editorial Bellaterra.

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