Samuel Lothrop, la arqueología del Diquís y la emoción del libro recién llegado

Acaban de tocar el timbre de mi casa. Es la señora que trae el correo. Me dice que tiene para mí un sobre grande que no cabe en el buzón. Bajo corriendo porque sé que es el libro que estoy esperando desde hace unas semanas. Lo encontré en Internet en una sección de libros usados. Me lo ha entregado y voy subiendo a toda velocidad desgarrando la caja donde viene.

Abro el sobre y, aparte del color un poco amarillento de sus hojas, no hay rastro de uso: ni una mancha, ni una firma. No parece haber sido usado; mas bien tiene pinta de haber estado muy bien guardado. Hoy -50 años después de que fue impreso- tengo un ejemplar de «Archaeology of the Diquís Delta, Costa Rica» de Samuel K. Lothrop. Mi tesoro, diría Gollum.

libro Lothrop portada reduc

Este libro lo publicó por primera, y única vez, el Peabody Museum de Harvard University en 1963. Ahí está escrito e ilustrado lo que Lothrop y su invisibilizada segunda esposa –Eleanor– excavaron, colectaron y documentaron en 1949 en Palmar Sur y alrededores. Ningún trabajo arqueológico en esta parte de Costa Rica se puede empezar y entender sin conocer este libro y su contenido.

Samuel Lothrop llegó a Costa Rica en 1948 justo cuando empezaba la Guerra Civil. En esa época ya era un arqueólogo consagrado que había investigado en buena parte de los países latinoamericanos. Su motivación por Costa Rica era Guanacaste, pero Doris Stone y su esposo Roger lo disuadieron de no buscar riesgos y lo convencieron para que se fuera a Palmar Sur, zona de enclave bananero donde un norteamericano podía estar seguro en momentos de tensión social y donde podía investigar sitios arqueológicos inexplorados.

Supongo que la seguridad y el soporte logístico de la Compañía Bananera de Costa Rica que podía garantizar la «Señora» -así llama Lothrop a Doris Stone en sus diarios de campo- fueron argumentos suficientes para que hiciera unos estudios iniciados por azar, pero hoy día fundamentales.

¿Por qué es importante este libro de Lothrop?  Lo es para entender los sitios con esferas de piedra precolombinas y la arqueología del Delta del Diquís. Aquí se encuentran mapas precisos y detalles de los resultados de las excavaciones.

Lothrop  mostró la complejidad arquitectónica y el gran número de esferas concentradas en el delta del Diquís. Aunque no hizo excavaciones a gran escala, sí aprovechó el sistema de canales de drenaje y de riego de la plantación bananera para localizar estructuras arquitectónicas y otros elementos construidos, así como para recolectar material cerámico y de piedra. De su publicación se desprende el grave estado de los sitios arqueológicos debido al saqueo constante y a las obras de infraestructura que implicaba la plantación.

 Finca 4 Sec 23 Lothrop
Sección 23 de Finca 4, según plano dejado por Lothrop (1963).

Lothrop aportó las primeras descripciones sistemáticas de la cultura material del delta del Diquís. La cerámica, un indicador cronológico relativo, ya que no disponía de fechamientos absolutos, pero sí de depósitos estratificados, le llevó a proponer que las esferas correspondían a distintas ocupaciones humanas.

Vasija delta diquis
Vasija procedente de la sub-región arqueológica Diquís. Foto: Diego Matarrita.

Asimismo, las diferencias entre los materiales cerámicos le permitió establecer vínculos con otras regiones –en este sentido su enfoque era muy difusionista– pero también determinó que era una región con elementos propios.

Lothrop fue pionero en la descripción del conjunto escultórico del Diquís. Sistematizó la información sobre tamaño y características de las esferas e hizo el primer inventario. Dio cuenta de 50 esferas en las fincas bananeras, a las que incluyó otras 136 ubicadas en otras partes de la región, basándose en información que recopiló entre distintos informantes. Se cuidó de tomar varias medidas de los diámetros de las esferas, de describir la materia prima, sus acabados de superficie y hasta donde las condiciones se lo permitieron, de documentar sus contextos originales.

Imagen 43. Finca 4 alineamiento Lothrop site C
Este croquis que muestra al «Site C» de Finca 4, un conjunto singular de esferas monumentales agrupadas en formas geométricas y con una interesante orientación, ha sido uno de los grandes aportes de Lothrop. Basado en la figura 4, pag. 21 de Lothrop 1963.Mapas con conjuntos de esferas como el que se muestra a la izquierda, y que fueron documentados por Lothrop  y también por Doris Stone, son el único testimonio que se conserva de estos singulares agrupamientos.

Mapas con conjuntos de esferas como el que se muestra arriba, y que fueron documentados por Lothrop  y también por Doris Stone, son el único testimonio que se conserva de estos singulares agrupamientos.

Salvo Finca 6 que mantiene en la actualidad un grupo de cinco esferas alineadas, todas los otros desaparecieron. Fueron movidos y hay pocos rastros de dónde están las esferas que los conformaban. Si no fuera por dibujos como éste poco podríamos decir sobre las esferas emplazadas en campos abiertos y en conjuntos.

Además Lothrop estudió otros objetos escultóricos como estatuas antropo y zoomorfas y metates. La meticulosidad de su estudio permitió ver que la producción escultórica del delta no sólo estaba conformada por esferas sino también por una serie de representaciones antropo y zoomorfas singulares en sus características formales e iconográficas.

Lothrop plate XVIII recortad
Lothrop fue sumamente cuidadoso con la documentación de los objetos. La imágenes de su libro son de gran valor informativo. Conjunto creado a partir de tres vistas de una misma escultura. Basado en la Plate XVIII del libro «Archaeology of the Diquís Delta, Costa Rica».

Un aporte fundamental de Lothrop fue su estudio sobre la metalurgia del delta del Diquís. Aunque vio frustrados sus intentos de encontrar metales en contexto, sí logró articular una amplia información sobre objetos procedentes del área que se movían en los circuitos del huaquerismo-coleccionismo costarricense e internacional. En la década siguiente a su estadía en Costa Rica, recopiló datos sobre 180 objetos expoliados de Finca 4, los describió y extrajo conclusiones sobre ellos. Propuso que la metalurgia del Diquís conformaba un estilo particular dentro del universo metalúrgico del continente americano. Este planteamiento ha sido corroborado en estudios posteriores y con la definición de un “estilo Diquís” en la metalurgia del sur de Centroamérica.

Oro Lothop
Colgantes de oro que hoy forman parte de la colección del Banco Central de Costa Rica. Lothrop estudió y documentó el origen del conjunto de 180 piezas de metal extraídas de Finca 4 de cual formaban parte estos objetos. Reproducción de la Plate XXXVII de Lothrop(1963).

Lothrop relacionó las ocupaciones del delta del Diquís con sociedades semejantes a las que documentaron los cronistas en el siglo XVI. Propuso que no eran comunidades muy extensas pero sí capaces de emprender obras colectivas como el traslado de esferas de grandes dimensiones. Se preguntó sobre las filiaciones culturales y los orígenes de las distintas manifestaciones materiales halladas en el delta. Sus referentes, a diferencia de Stone, no eran los pueblos indígenas que habitaban en la región y que habían sobrevivido a la conquista, ni las relaciones entre grupos vinculados lingüística y culturalmente, sino las culturas madres americanas de Mesoamérica y de la zona andina. Él trató de hallar vínculos externos, pero a fin de cuentas aceptó que lo que caracterizaba al delta no tenía relación ni podía ser ubicado en el marco de estas culturas madres ni en sus esferas de influencia, salvo ciertos elementos técnicos, estilísticos y formales que no eran determinantes.

Algo muy importante del trabajo que hizo Lothrop en Palmar Sur es que la documentación (diarios de campo, fotografías, detalles de sus análisis y otros documentos) y los materiales que recolectó se mantienen casi con total integridad. Están a buen a buen resguardo en el Peabody Museum de Harvard University. En el 2009 pude estudiar las esculturas de piedra, leer sus diarios de campo y ver su álbum de fotos del Diquís. Fue muy emocionante, tan emocionante como tener el libro original y no unas oscuras fotocopias.

No voy a extenderme más sobre él. Lo dejo aquí. Me voy a abrir y a cerrar el libro recién llegado. Por cierto… todavía no lo he olido. Voy a sentir que oler me trae.

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Dos enlaces para saber más sobre Samuel K. Lothrop:

Samuel K. Lothrop y sus investigaciones en el Delta del Diquís por Francisco Corrales Ulloa

http://www.museocostarica.go.cr/es_cr/tema-del-mes/samuel-lothrop.html?Itemid=117

Biografía de Samuel K. Lothrop escrita por Gordon Willey.

http://www.nasonline.org/publications/biographical-memoirs/memoir-pdfs/lothrop-samuel-k-1.pdf

4 respuestas a “Samuel Lothrop, la arqueología del Diquís y la emoción del libro recién llegado”

  1. Muy interesenta está este blog. Muchas felicidades por este excelente trabajo y hacernos conocer más sobre las esculturas de Costa Rica.

    Ese dibujo de Lothrop está errado en el aspecto de la escala. El tamaño de las esferas sí se encuentra en escala pero las distancias no son correctas. La tríada del sur se encuentra a 88 ft, es decir la separación entre los dos triángulos es de 27 m. Si se realiza la medida en el esquema de Lothrop, la distancia se acortó a 9.23 m. Por otro lado, las distancias en la tríada del norte tampoco son correctas pero el error es de 1 m. Pero en la tríada del Sur, Lothrop no da medidas de distancia para comprobar si son correctas. No obstante, es una foto de esa triáda se ve que esas esferas se encuentran a distancias de 1 a 1.5 m. En el dibujo duplica esa distancia.

    Realizando el dibujo a escala, se ve mucho menos interesante. la triáda del sur muy alejada y las esferas muy cerca, perdiendo interés…

    Un dibujo tan publicitado por todo el mundo donde Lothrop sugiere que los ángulos tienes importancia en realiadad se contradice con sus propias mediciones con una escala errónea.

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    • Un detalle es que Lothrop sí indica en su esquema que no se encuentran a escala las distancias. Lo hace con líneas de puntos para las distancias entre las esferas alineadas hacia el norte. Muchas reproducciones ya no dibujan esas líneas las cuales son muy importantes, incluso el dibujo del Museo Nacional de Costa Rica las ha olvidado (además de otros errores) en el cartel del jardín donde expone las esferas.

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